Y suspiró...
Mañana una nueva pateada, arriba, muuuuy arriba... con el peso duro sobre los hombros. Arriba mochila, sieeempre cargada... y en cada momento evadida, intentando ser olvidada.
Y voló...
Creyó ser nube, flotó rápida, liviana... y cuando ya estaba arriba se reconoció cargada. Sólo soñaba, fingía que era otra tipa esa mañana.
Y lloró...
Se permitió ser dura, reconocerse limitada. Mañana ¿será otro día? ¿suspiraré o volaré mañana?