SEMPITERNO, SEMPITERNO, SEMPITERNO...

Casi nada verdadero desaparece, sólo se desdibuja y, en ese trance, se disfraza y nos cuesta ver su esencia. Pero suele estar ahí, delante, frente a nuestra nariz. No erréis haciéndole preguntas a las que respondería con su silueta anterior. El momento os confunde, os confunde su etapa, su nuevo episodio... Pero todo lo que fue verdadero, permanece. Desdibujado o amorfo, sin su piel original pero os aseguro que eterno.No lloréis lo perdido, lamentad la transformación.