REBAJAS


Medio kilo de comprensión ofertaba tu brillo,
que adquirí a precio de tonelada.
Vacié, por ella, todos mis bolsillos
y lo atesoré junto a tu mirada.

Tuve que comprar entereza a plazos
para no caerme ante tus palabras.
Alquilaba, las tardes, horas en tus brazos
y supliqué piedad muchas madrugadas.

Y caminé por Madrid, vendiendo mi alma,
en cada escaparate que me miraba.
Cada vez que tú robabas mi calma,
yo pujaba por que me llamaras.

Hoy pongo en venta toda mi ilusión,
liquidándola a precio de ganga.
Todo el escaparate por una canción
que me saque de estas rebajas.