Error



Blindada intuición que practica orgías con la mente salpicada de duelos. Calla y, mientras calla, rompe equilibrios gritando falacias que se aventuran a cruzar alambradas repletas de espinos. Retrocede y se araña y, en su arrepentimiento, acelera el avance hacia el coto oscuro.
Un vez allí, no atina a volver y camina insalvablemente perdida. Todo sentidos. Ojo avizor. En tierra de nadie. Sin sol (sin luna). Allí no hay veredas. Por acusarlas, las perdió. ya no las tiene.

"No vuelvas", se sugiere. "Camina presurosa, no hay error...". Errada -eternamente- vagará y, sin elección, tropezará con su siguiente e ineludible error.
Por no sentirse cazada, le llamará presa.