Estereotipadas conciencias que abaratan los caracteres, que les quitan firmeza, que los uniforman.

Escapar de la cadena de montaje es tarea fácil. No hace falta esperar a que duerman los obedientes centinelas. La conciencia de que ellos velan las cancelas endurece las ganas, las huídas, los motines.

Escapar del fordismo a la hora de digerir el mundo debería ser un padrenuestro.
Esquivar de la planicie imperfecta de nuestros miméticos cerebros.

No soy como "hay que ser", ni camino como corresponde a mi gremio. Pero, si yo fuera tú, me preguntaría porqué son iguales todos ellos.

De puntillas en tus pestañas
sonriendo a tu adentro.
Esperando el destello,
aprobación en tus pupilas estriadas.

Tus ojos se achican,
enmarcan,
enfocan.
Tiemblo.


A la espera. Desnuda.
Y sonriendo a tu adentro.

No soy tu patilla izquierda, tampoco la derecha. Ni tu peroneo. Tampoco mis sístoles/diástoles ritmean con los tuyos.
Soy el dibujo artístico en tu papel cuadriculado.
Soy la mancha impertinente en tu camisa de los domingos.
Eso que no debería, pero que es.