Quién es capaz de decir adiós vestido de domingo.
El adiós no es más
que la luz que entra
al abrir la ventana
de una habitación que estaba en tinieblas.
Redimensiona el
color, las formas,
evidencia el polvo
que se mantiene suspendido en todas las cosas.
Dices adiós y las imágenes inquietas de lo que se pierde,
de lo que se aleja
pasan rápidas y vivas
y nada fue más
verdad,
nada más tuyo, nada
más querido.