Un desvarío


En este sábado de artificio alzo mi mano

Y detengo, no esta, si no cien primaveras

Para calumniar al sol que anda en el cielo

Frente a la tiniebla que habita mis caderas.

 

Retuerzo el gesto y lloro por sobre esta tarde

Porque detesto la luz en mi ventana,

La soberbia de los pájaros, ese modo

De levantarse el mundo a la mañana.

 

Admito en lo que siento un sinsentido

Mi intención, una; tu respuesta, otra.

El amor en este amor, un desvarío,

Rotos los te quiero de esta boca.
 
 
 

Humo




A los que venden quimeras y abusan de tener poder poder sobre los que sueñan con ellos, les sometería a la peor de las torturas. Gastan palabras en arrebatar sonrisas simplemente porque pueden y es que, de los poderosos, no hay que confiar ni en la verticalidad de sus bastones porque, en realidad, sólo tienen alas en sus sombreros.

Asoma reiteradamente a todas las misas el asunto ese de la dialética del amo y el esclavo y es que , tal vez, algún día fui amo y me desdibujé cuando el esclavo dejó de reconocerme. Ahora, portador del sable, voy a desobedecerte aunque me cueste el gañote.