"Cómo decir, amor, en qué momento te rompes dulcemente entre las manos, sin quejas, sin recuerdos, sin arcanos y tal vez sin temor ni sufrimiento."

Julia Prilutzky

 
 
Manos cuadradas que podrían eclipsar el sol

si se posicionan en el sitio exacto.

 Manos prudentes y labriegas, manos poderosas.

 Manos que, sin embargo, se afanan

en derribar los castillos de naipes,

 en apretar cuerpos frágiles, en amenazar pulmones.

 Manos asesinas que se amoratan

con el paso de la savia y sus inercias.

 Manos torpes que no saben mantener

 el peso de los frutos de la existencia,

 manos que no alimentan,

 manos que matan silenciosamente,

 manos precisas para la muerte,

 manos vanas para la vida.