Ego te absolvo


Te absuelvo.

Porque estoy acompañada,

 porque estoy curándome.

 Porque sublimo este vacío

 a los folios en blanco

y los colmo de palabras como terapia,

 como besos, como oxígeno.

 

Porque subo despacio del sótano

 y, a mi paso,

 escucho sonidos

 aunque el silencio

 me haya traspasado.

 Porque estoy viendo arriba

 ese portal,

 verde como el campo,

 porque intuyo un farolito

 a lo lejos.

 

Porque haré girar los goznes

 de ese portón

 y la luz iluminará mi pelo

 y saldré a la calle

 aunque creo que sigue

 siendo invierno.

 

Porque habrá paseo,

 porque en el camino

 me emocionaré

 con tantas cosas,

 sonreiré inevitablemente,

 me maravillaré con todo aquello.

 

Llegará una primavera un día

 que me encuentre despistada,

 y el sol será mucho más sol,

 y la vida más vida,

 porque estaré amando

 antes de que pueda

 siquiera evitarlo.

 

Huérfanos de vida


Pena de los amores de pastiche,

 esos que se embarcan en la desidia

 de un ahora

porque antes,

porque no sea que luego.

 

Lástima del parloteo y la sonrisa

que enmascara otras formas,

otros cuerpos,

otros ayeres,

esos te quiero.

 

Miedo de los caminares

que siguen la línea,

las dos líneas

sin la verdad esa,

en paralelo.

 

Dramas del rato

 en que sin el otro

sin piel,

sin camisa

acarician

 otra cintura,

ese otro pelo.

 

 

 

Compendium

Palabras laboriosas, que trajináis agitándolo todo, con el verbo entregado y diligente, hágase vuestra luz.

Decid mi historia del único modo que existe, a través de mi lengua, del saber y del poder que acumulo en mis bolsillos.

Yo os nombro,
os designo,
os denomino,
os señalo.

Yo os llamo a esta misa,
a mi misa.

La historia sea con v(n)osotras:



 Al principio era el verbo
y el verbo era yo
y el verbo estaba conmigo.

 Este era en el principio conmigo.

En mí estaba la vida,
y la vida
era la luz de esos hombres.

 La luz siempre en las tinieblas resplandece;
 Más, sus tinieblas,
 no lo comprendieron.

 Y esos hombres sofocaron el fuego
en el cual yo danzaba.
Provocaron tormentas
y asustaron a todos los animales.

 Sequé a golpe de furia
 cada charco,
y salí a buscar, con paciencia,
a todas las manadas.

 Pero hay quienes no hallan
qué es la luz
porque las negrura
les amparan confundidos.

 Así, los confusos,
 talaron los árboles
 y llenaron de basura
 la orilla de mi río.

Quise comprender sus penas
y di a luz
más bosques.
Y sembré los márgenes del arroyo
 de flores silvestres.

Pero la espesura
no es
en el derramamiento.
Jamás podrá serlo.

Ni mi selva habla lenguas muertas
ni alcanzo un verano frío.


Ahora
en el final es el verbo
y el verbo
ha decidido

    habitar conmigo.

Rotación de belleza

"[…] Schopenhauer, que decía que la música es voluntad  pura"

Me declaro música.

"Dos veces muere el que, a voluntad de otro, muere"


Esta jodida música que no para de abrirme, felizmente, las ventanas del pecho.


 Me aterra esta incomprensible capacidad de resucitarme.

Siempre,
cada vez,
invariablemente.

Un milenario instante apenas
con la frente agachada:
caminar bajo la lluvia,
torcer el gesto,
maldecirlo todo.
Ser ciega,
gris,
inclemente,

impía

impía

impía.


Airada.
Puro colmillo.


Y todas las mañanas
de cualquier enero,
sin contar con ello,
y sin
voluntad;
pese a ti,
pese al mundo,
amaneces renacida
y tienes el cuerpo
lleno de mariposas
y los rizos
llenos de flores.
Y música al caminar.
Y melodías en tu cuaderno.

 Oh, el sol.
Sonreír,
bendecirlo todo,
lúcida,
flexible,
librepensadora,
mansa.

Impía,
impía
impía.

Puro corazón.


(¡Vida, vida, vida, te quiero!)

Vértigo II

Era
nada más
que
la luz por ti.


                     Pero
¿Y
     la memoria

 que

c
a
í
a

Caótica
Impúdica

                 Dispersándose

y convirtiéndose en harina de otro costal?


Responsabilidad

Proviene del latín responsum, que es una forma de ser considerado sujeto de una deuda u obligación.

 Imperativo categórico kantiano:

"Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra."

Enfermedad

Qué terrible es el olvido cuando llega así, explotando, como una arcada. ¿Es eso posible? ¿No es el olvido una enfermedad que comienza una fría madrugada de invierno, se gesta con dolor y toma la definitiva forma de un cuaderno de bitácora, rancio y amarillo?

 Estoy conformada de recuerdos. Ellos son mi historia y los ropajes que me visten y, sin embargo, algunos se me alienan deformándome el rostro en el espejo, y yo intento sacudirme de ellos como un pájaro mojado se esponja y se libera.

La flor se deshoja y aquí espero.
Pero algún día los verdes jueves, no serán más que jueves y despertaré hueca y asombrada.

Los recuerdos son lo único  que tenemos -dicen- pero yo, si los paseo, me siento tan perdida.

Debe ser tu olvido el que se los ha merendado.

Aclaraciones para la posteridad

Para mí no pido una misa. Para qué sirven. Las ceremonias mientras la savia nos recorría, la flores recién cortadas para que tú las pusieras en mi pelo. Los poemas para despertarme; las lágrimas para bebérmelas yo, de tu cáliz besado.

Los recuerdos a veces huelen a tanatorio.

 No pidamos padrenuestros para aquellos a los que no les tuvimos fe mientras eran un hermoso personaje de nuestra historia.

Los adiós prescindibles, esa peste que arrastra cadáveres fríos y azules en tantos inventarios.


Yo era la niña

      Comiendo de tu plato
      Atando tus cordones
      Bailando contigo
      Llorando sin ti
      Escuchando tanto delirio
      Regresando de algún lugar en el que me dejaste...



Yo soy el muerto

              Y no quiero misas

                      Ni flores

                      Ni Salves.

El justo medio

Va a llegar cuando lo admitas, cuando comprendas que uno no puede dispersarse cuando apenas ha nacido la mañana de ese día y tengo aún el pelo revuelto, los labios calientes y los ojos incendiarios y volados.

(Sentarse a escribir, esa agonía de dar nombre a aquello con lo que no nos conformamos y cercar las pulsiones y hacer un mapa con la obscena mueca de lo que nos rodea. 
Sentarse a escribir, esa terapia para intentar comprender esa maraña con el vehículo de la lucidez y el de la saliva. Por eso, cargada de rabia y pidiendo explicaciones, me siento en el suelo e introduzco mis manos en la arena que me entierra los pies y escarbo buscando las palabras, esos seres escondidos y mal colocados, conformando el caos. Así, una a una, las dispongo en fila y las quito el polvo, agitándolas para sacudirlas la pose. La verdad está ahí y no vale dudarla, no sirve llamarla por otro nombre y hacerla esperar en la antesala del antojo).

¿Cómo andas aún entero? No se puede salir con la escopeta a recibir al amor sólo porque regresa, ni enviarle a la tenebrosidad del bosque porque a otro hayas nombrado sucesor.

(El vértigo fue primero. Tristeza, después. Hieratismo, luego. El vértigo del abismo, ocupando ahora toda la población de antes, aún humean sus calles y los gritos que dan paso a quedados sollozos, abatidas quejas. La misa, más tarde. La muerte, finalmente.

Pero el lápiz siempre es luminescente, en el lápiz no se albergan las mentiras si no son para garabatear cuentos y "Érase  una vez..." se va conformando la historia. El sol sale, la escena del fondo se agranda y allá estás tú y allí yo, mira. Se focaliza la aventura y se cubre de poemas, notas, grafías, relatos. El libro se cierra)

El calendario se ha hecho cenizas y en el vientre tengo un agujero del tamaño de mi ira.
No queda tiempo. Me traspasas.

Ochún

Tú que eres veleidosa,
que tienes siete vuelos y la prisa
de beberte cada rincón encendido
y una cabeza brillante.

Golosa de bollo y mieles,
aladid de mil ejércitos,
madre de las madres de mi madre,
hija de los verbos entendidos.

 A ti, luz, amiga bella,
hermana que empujas mis empeños
e interpretas mi lengua como nadie
y me besas mejor que ellos.

A ti, alegría, la música
y todos
los secretos que yo guardo
en esta caja.

A ti, compañera, mi camino.
A ti,
MUJER,
esta danza.

Ashé

Como acostumbra a decir mi madre: se te  hizo tarde.

Los sábados son el centro justo. Tantas cosas que decidí un sábado. Suelen tener una luz especial y, en la mañana, más sobriedad que el viernes y, siempre, esos mapas llenos de accidentes para luego.

Este sábado mis piernas me traen de un huerto bendecido con el don de la belleza

     Y sin embargo

 Ese huerto lleno de plantas, nuevos olores y surcos llenos de palabras, no consiguieron embriagarme de sueños.

 Escapé.

 Soy la hortelana del viento.
Y más de mi pobre col plantada en el medio. Más de luz y de agua que de promesas de rizadas hojas.

 Soy más de lo salvaje que de lo bien dispuesto.

 Ay de aquél, que está de espaldas.

        Gira
        Siembra
        Brota
        Muere.


Ay, llegas tarde, jardinero.


"La historia son las mentiras que cuentan los vencedores y las mentiras que se cuentan los vencidos"

Hay ausencias que llenan más que
el pan nuestro de cada día.

 Necesidades más necesarias
por ser
que de ser cubiertas.

 Personas que te dejan y te llevan
a todas partes.

Vacíos que te colman
de belleza.

Homero ciego/ sol negro

Yo quería hacer tuyo mi arte para andar descalza y enseñarte a dormir la siesta entre las flores.
Te había hecho de paja y de barro y te levantaba la frente para que pudieras ver el sol.

Yo te había enseñado a beber de la luna llena cada veintiocho días y te había contado al oído que yo era hija de mi abuela y que sabía coser harapos hasta convertirlos en seda.

Pero hoy es lunes y nada sirve.
Ni mi desnudez ni este caminar sencillo, ni tu laberinto enredándome el ombligo ni aquel nudo que hiciste en mi garganta ni esta ceguera mía por esos ojos ajenos que tú tienes.

Hoy es lunes y estás muerto, y yo te velo ausente y resignada.
No soy más nombre en tu nombre ni vela apunto de alumbrar los signos de las piedras para conocer los misterios de esta gruta.

Ya no hay pan.

Temo que no hay credos.

No, cierto, no los hubo.

Moría de hambre. Ahora lo recuerdo.