Para escribir hay que entrar en trance. Para decir adiós hay
que entrar en trance. Para vivir hay que permanecer en ese estado alterado de
conciencia.
Que nada me llueva lo suficiente, eso pido. Y que para
aprender me baste esta intuición mía que brota al inicio de cada cosa, que
huelo antes de que hierva, que escucho antes de que suene, que soñé antes de
comenzar a vivirla esta mañana. No quiero llegar a la moraleja, cuando la
moraleja empieza a escupirse ya duele; y yo tengo la inteligencia alerta y
aprendo, a base de pálpitos, a alejarme de la quema.
Hágase la luz, dije. Y fui bendecida con una lucidez temible
y, desde ahí, vi hundirse barcos antes de que zarparan, imaginé a Saturno devorando
a sus hijos antes de haberlos fecundado. Vi a gente que se marchaba porque
tenía cara de ayer, cuando aún no habíamos sido presentados.
Comprendo, dije. Y aprendía la lección para siempre.
Caudal,
Caudal poderoso que mojas todo lo que lames,
Caudal culpable de la vida
Caudal de mis lágrimas.
Caudal definitivo y definitorio,
Río dichoso y enojado.
Vida:
Te escucho.
Bach, Richard: "Lo que la oruga interpreta como el fin del mundo es lo
que el maestro denomina mariposa"
"Yo no, pero la ciudad enseña." (Sócrates)
Pintura:
Michael Carini "Beautiful Accidents".