Aclaraciones para la posteridad

Para mí no pido una misa. Para qué sirven. Las ceremonias mientras la savia nos recorría, la flores recién cortadas para que tú las pusieras en mi pelo. Los poemas para despertarme; las lágrimas para bebérmelas yo, de tu cáliz besado.

Los recuerdos a veces huelen a tanatorio.

 No pidamos padrenuestros para aquellos a los que no les tuvimos fe mientras eran un hermoso personaje de nuestra historia.

Los adiós prescindibles, esa peste que arrastra cadáveres fríos y azules en tantos inventarios.


Yo era la niña

      Comiendo de tu plato
      Atando tus cordones
      Bailando contigo
      Llorando sin ti
      Escuchando tanto delirio
      Regresando de algún lugar en el que me dejaste...



Yo soy el muerto

              Y no quiero misas

                      Ni flores

                      Ni Salves.