Ego te absolvo


Te absuelvo.

Porque estoy acompañada,

 porque estoy curándome.

 Porque sublimo este vacío

 a los folios en blanco

y los colmo de palabras como terapia,

 como besos, como oxígeno.

 

Porque subo despacio del sótano

 y, a mi paso,

 escucho sonidos

 aunque el silencio

 me haya traspasado.

 Porque estoy viendo arriba

 ese portal,

 verde como el campo,

 porque intuyo un farolito

 a lo lejos.

 

Porque haré girar los goznes

 de ese portón

 y la luz iluminará mi pelo

 y saldré a la calle

 aunque creo que sigue

 siendo invierno.

 

Porque habrá paseo,

 porque en el camino

 me emocionaré

 con tantas cosas,

 sonreiré inevitablemente,

 me maravillaré con todo aquello.

 

Llegará una primavera un día

 que me encuentre despistada,

 y el sol será mucho más sol,

 y la vida más vida,

 porque estaré amando

 antes de que pueda

 siquiera evitarlo.

 

Huérfanos de vida


Pena de los amores de pastiche,

 esos que se embarcan en la desidia

 de un ahora

porque antes,

porque no sea que luego.

 

Lástima del parloteo y la sonrisa

que enmascara otras formas,

otros cuerpos,

otros ayeres,

esos te quiero.

 

Miedo de los caminares

que siguen la línea,

las dos líneas

sin la verdad esa,

en paralelo.

 

Dramas del rato

 en que sin el otro

sin piel,

sin camisa

acarician

 otra cintura,

ese otro pelo.