"Uno
vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida."
Qué certeza tan mamífera, qué epitafio tan común.
Qué asuntos para postergar que no serán jamás desatendidos.
¿Quién ha negado el sol? ¿Quién su linfa recorriendo lo
único que significa?
Llegará el hambre, llegará el frío, la guerra devorando la
aldea de tus padres,
Los pies cansados, la sangre más densa, los colores todos
mezclados.
Y el cuaderno del latido será la cinta rosa que mantiene
atadas las petunias,
El vino derramado en la única misa que rezaste, el cuerpo de
cualquier dios levantado,
El pelo revuelto a media tarde, la urgencia del deseo, la
baraja de seis ases.
El único tictac que no picaba.
La belleza que te descarnó y dolió, por viva.
La llamarás, la evocarás, la implorarás.
Bendito undécimo
mandamiento.
¿Quién va a negar que un día así sea?
¿Qué vida habrá servido sin nada de ello?