Cazador cazado

Me dejo venderme en silábica forma
al trazo tuyo de tu prosa verdugo.
Cedo, afásica yo, a tu palabra afilada;
tus letras malvas en mis párpados fáciles.
El sol expresando diáfano
tu cháchara sobre mis carnes.
Después, me miras, quebrándote,
sujetándome sobre tus culpas.