Lo que duele; eso que mata

Era mi regazo el qué te recogía a ti,
sí.
Eso era así
cuando eras niño
Y te hacías belleza
entre mis dedos
Y me anudabas todo el amor
en el ombligo.

Eran mis manos las que
,
entre tu pelo,
Sabían dibujar
con genio y gracia
Ejércitos de poetas,
Mieles, misterios,
Canastos de fruta,
el pan de mañana.

Era mi sombra
también
la que corría
Agónica, veloz
por esas calles
Buscando
donde refugiarse.

Era mi pena la que
un día
Salió toda rotunda,
Enferma, loca.
Preñó mis huesos,
quebró mis alas
Y mató mis labios
y
tu boca.