Cuando maté
todos los versos
y
erradiqué
de mi cosmos
las palabras,
renuncié al contigo
y me expuse menos
a los por qués,

pude estirar las vocales
de
cada tarde
abrir de par en par
los paréntesis...
Acentuar.

Me permití mojarme
sin diéresis por
paraguas,
lejos de tildes siempre
dispuestas
a golpear.

Con las cansinas eses
que siempre insisten
en hacer
de mi semejanza
alborotadísimo plural,

hago ahora olas,
ondas,
curvaturas

y nadie sabe con vocablo
hacerme
callar.