Qué va ser de este amor que no sabe ser prudente y que se
tira de puentes y traga fuego, que no entiende de miradas, que se arranca el
pelo.
Qué va a ser de este amor, que es tan inmenso que no cabe en
ninguna casa, explota en los bares, y salpica de rabia y furia las calles.
Qué va a ser de esta amor tan receptivo, que se resfría y
enferma hasta en primavera y que muere los jueves y, cada viernes, vuelve a
estar vivo.
Qué va a ser de este amor tan adorable y cruel que no
comprendo, que se encrespa en los mares y puede llegar a arrastrarse en todos
los cielos.
Qué va a ser de este amor que es de papel, pero se sabe
entero de hormigón, que no sabe atarse los cordones y vuelve caer, firme y
torpón.
Qué va a ser de este amor tan alto y enano, que come fruta
de cualquier frutal pero se nutre de lodos de cualquier charco.
Qué va a ser de este amor que es tan mío y tan yo, tan
caprichoso, tan miope, tan tarambana, que me deja cada noche hacerle el amor y
me abandona cada mañana.