Humo




A los que venden quimeras y abusan de tener poder poder sobre los que sueñan con ellos, les sometería a la peor de las torturas. Gastan palabras en arrebatar sonrisas simplemente porque pueden y es que, de los poderosos, no hay que confiar ni en la verticalidad de sus bastones porque, en realidad, sólo tienen alas en sus sombreros.

Asoma reiteradamente a todas las misas el asunto ese de la dialética del amo y el esclavo y es que , tal vez, algún día fui amo y me desdibujé cuando el esclavo dejó de reconocerme. Ahora, portador del sable, voy a desobedecerte aunque me cueste el gañote.

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Se pide la voluntad.