Aquel que me maldice muta en mi esclavo.
El tiempo, capa a capa de polvo, conforma la vida
y desbanca las pretensiones con su incomparable poder.
Sólo hay una evidencia…
El tiempo.
Sólo él.
Los verbos son naderías cerca de su pulso,
Las naciones de los nacidos, pueblos fantasmas,
Mi desembarco, un olvido.
Las canciones de ayer, sólo quejidos baratos
Que fueron cronometradas por niños
Y arrinconadas por sus juegos.
La vida, esa menudencia que no existe.
Todo es tiempo.
Tiempo para descreerse,
Tiempo para recoger tus antiguas cosas y emprender el vuelo.
Tiempo para desabrocharse,
Tiempo para acatar la vejez de lo que amabas,
Tiempo para esperar las baratijas que aún no llegan.
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Se pide la voluntad.