¿Quién dirige tu camino? Soy tu responsabilidad, y así te hablo.


Atizada por tus clamores, repulsas e invectivas, comienzo a caminar. El primer encuentro del camino es un individuo de terno sombrío, indescifrable y ceñudo. Su inspección dura y sin una pizca de piedad, hace que me sobrecoja y tenga que sentarme apoyada en la pared. Se acerca, siempre supe que se dirigiría a mí y, en el temblor y celeridad de mis pasos, hay una negativa a rendirme pero ¿por qué escapar? Nadie podría hacerlo porque ese tipo soy yo, y yo soy él.
Responsabilidad, dice llamarse.
Me refiere que mi baja honrilla es fruto de mi creación. Escanciamos café…
Me mira fielmente y me confiesa que tú no puedes quererme porque yo no me quise por quererte a ti; tú lo sabes y me despojas de lo más precioso: mi amor propio.
Yo ya te lo legué, no te desluzcas arrancándomelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se pide la voluntad.