Génesis.

La incomprensión es una palabra grande y no lo es por bella, ni por justa ni por virtuosa; lo es por protagonista.

Se discrepa. Hay desavenencias, desacuerdos, desamor desde el principio.

En el principio creé el mundo y lo vi bello
Y, según lo hice mío, se trastocó amorfo
Y no estuve de acuerdo.
Y observé a los seres vivos y algunos eran irracionales
Y otros, que yo doté de raciocinio, resultaro...n ser salvajes.
Y no estuve de acuerdo.
Y se agregaron y formaron familias y, en ocasiones,
Fueron Saturno devorando a sus hijos
Y no estuve de acuerdo.
A la noche, danzaban y se cortejaban;
Los machos a las hembras y
Las hembras a los machos...
Y se unieron por pares
Y se mezclaron con sudor y con sangre
Y se reprodujeron.
Y se fueron regalando la indiferencia,
La mentira, las malas palabras y,
Ahora, a la noche, el cruento abandono.
Y no estuve de acuerdo.
Y los hombres decidieron organizarse
Y formaron sociedades
Y los hábiles en el arte de la retórica,
Engañaron a los honrados iletrados
Y, con su repugnante poder,
Más tarde, a los honrados de letras.
Y rompieron reglas
Y se hicieron fuertes
Y crearon religiones
E hicieron la guerra.
Y no estuve de acuerdo.
Llegó la enfermedad a la casa de los justos
Y engulló sus pieles y masticó con saña
Sus vísceras.
Y se negoció con sus curas y
Se mercadeó con sus causas.
Y no estuve de acuerdo.
Y se hizo la oscuridad

 Y el error fue ley.
Y nos pusimos de acuerdo.
 
 

3 comentarios:

  1. Hay tanto recogido. No sé si es tu historia o tu mirar al mundo pero es poderoso, convincente y con suma calidad.

    Entonces era el caos,
    la sombra en desmesura. Apenas el vacío
    al borde de la nada. Sopor de los abismos.

    ¡Soledad! ¡Soledad!

    Y tú en el umbral empujaste las sombras,
    milenios de silencio, baldías soledades.

    Anulaste la nada.

    Buscaron las galaxias posibles horizontes
    y hallaron los planetas sus órbitas precisas.

    Después comenzó el amor
    y surgió el alfabeto, el ángel de la música
    la flauta de los vientos.

    El beso inventó unos labios
    y fue posible la miel en los panales,
    los ritos de la zafra, las uvas moscateles.

    El deseo se hizo carne
    y el fuego ardió en asombro ritual sobre la tierra,
    fecundó los volcanes, habitó cada estrella.

    Y, ya a merced del gozo,
    desplegado oleaje de piel salobre y húmeda,
    inventaste los mares, sus crestas, sus abismos,
    y juntos navegamos el altamar del éxtasis.

    Todo lo fue creando el germen de tu aliento,
    toso edé, fue posible a partir de tu tacto.
    Después dijiste: olvídame,
    Y creaste tus mitos y leyendas.

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  2. Da gusto leeros a los dos

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Se pide la voluntad.