Todas mis cosas tuyas.

Ésta que es mi mano

y es tuya,

estos ojos que miran

y te ven.

Estos labios que no son

más que tus besos,

este tacto que sólo

entiende tu piel.

Bajado el gesto,

me exceden los motivos

y sin respuestas

comienzo a comprender

porqué de nuevo es mío

todo esto que era tuyo

¿Por qué entre mis manos

aquello que te legué?

 

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Se pide la voluntad.