Pena de los amores de pastiche,
esos que se embarcan
en la desidia
de un ahora
porque antes,
porque no sea que luego.
Lástima del parloteo y la sonrisa
que enmascara otras formas,
otros cuerpos,
otros ayeres,
esos te quiero.
Miedo de los caminares
que siguen la línea,
las dos líneas
sin la verdad esa,
en paralelo.
Dramas del rato
en que sin el otro
sin piel,
sin camisa
acarician
otra cintura,
ese otro pelo.
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Se pide la voluntad.