Cuatro primeros a elegir

Tiene experiencia, exigida experiencia, en casar las puntas sueltas de todas sus vivencias absurdas para darle a su vida una linealidad coherente. No ha podido ser de otro modo; ella es una superviviente y se empecina en incluirse dentro del conjunto de la normalidad, a pesar de haber decidido, tras mucho meditarlo, divorciarse de todos aquellos que se parten la boca a...
codazos por pertenecer a “la primera fila”. Pobres diablos que desconocen lo relajadamente nítido que se ve desde la última fila todo este apestoso teatrillo.
 
 

 Sea mi fábula, la tuya
 o dispóngase al revés y,
entonces,
partiremos de cero
en repartir esta culpas.

No incites a nadie
a tus talantes sin saber
si le son forasteros tus anteojos
y si está dispuesto a pagar
sus pesetas en tus panes.

Sólo es universal el hambre
de puchero
porque el resto de apetitos
varían en los vientres
y se corrigen en las dietas.

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Se pide la voluntad.